Pedro es el municipio más cercano a Rebollosa, y ambos están estrechamente relacionados por lazos históricos y familiares. En los últimos años ha experimentado un notable rejuvenecimiento, fruto del esfuerzo de sus vecinos, que se han empeñado en mantenerlo lo más vivo posible. Entre otras cosas han creado una Peña con bar y todo, donde no falta nunca la animación. Justo enfrente se encuentra el bar de Fortuna y de Paula, muy frecuentado por cazadores en los meses de invierno.

El principal atractivo turístico y cultural es la ermita de Santa María del Val (foto de la derecha), de origen presumiblemente visigodo, y cuya construcción original se remonta al siglo VII (aunque fue reedificada posteriormente en el periodo románico).

Más sobre Pedro

Bajo su ayuntamiento se agrupan varios municipios de la zona, incluyendo a Noviales, a Pedro y a la propia Rebollosa. Se nota que está habitado durante todo el año, pues dispone de algunos bares y tiendas de comestibles (todo un lujo en la zona), un horno de pan en el que también se asan otras cosas (como el tradicional cordero de las fiestas), y al menos un par de casas rurales en las que se puede pernoctar. Los lugares de mayor interés cultural son la iglesia románica de San Cipriano y una antigua atalaya de vigilancia que se encuentra en mitad del pueblo (algo realmente curioso por lo inusual), actualmente convertida en palomar. 
Mención aparte merece el yacimiento arqueológico de Tiermes, ubicado dentro del término municipal de Montejo, pero que trataremos por separado debido a su especial importancia.
 
Más sobre Montejo de Tiermes

Apenas a 18 kilómetros de Rebollosa tenemos una auténtica joya de visita prácticamente obligada: el de Tiermes es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de toda la península. 
Nada más llegar nos encontramos con el museo monográfico de Tiermes, en el que se pueden observar algunos de los hallazgos realizados en las sucesivas excavaciones que se han ido efectuando aquí a lo largo de los años (los restos más antiguos encontrados datan del Neolítico). Más adelante, en lo alto de la loma, se alza la ermita románica de Santa María de Tiermes, construida en el siglo XII, y un poco más allá da comienzo el yacimiento propiamente dicho.

Es éste un lugar casi mágico, que infunde un cierto sentimiento de "vértigo histórico" mientras se va caminado por él, al tiempo que se van leyendo los textos explicativos que ilustran todo el recorrido. 
Son nada menos que 35 siglos (se dice pronto) los que han visto pasar estas ruinas, y varias las civilizaciones que las han habitado a lo largo de ese tiempo. Desde los primitivos asentamientos de la Edad del Bronce hasta la época medieval representada por la ermita, pasando por celtíberos, romanos y visigodos, todos ellos han ido dejando su huella en el paisaje que contemplamos.

Frente al museo se encuentran los otros atractivos de Tiermes: el hotel "Termes", que cuenta además con un estupendo restaurante y un bar con terraza realmente recomendable (y en el que se organizan las ya famosas "fiestas del plenilunio", todas las noches de luna de llena del verano).

Más sobre Tiermes
 

Noviales se encuentra también muy cerquita de Rebollosa, cinco kilómetros escasos por una carretera recientemente asfaltada que hasta hace poco había sido un camino de tierra que llegaba hasta Santibáñez. Se parece bastante a Rebollosa tanto en el aspecto de sus casas como en las costumbres de sus gentes. La mayoría emigraron al mismo tiempo que lo hicieron sus vecinos rebollosanos, y al igual que ellos vuelven a reunirse cada verano.

Recientemente han inaugurado una casa rural bastante grande, y también han restaurado la antigua fragua para convertirla en museo. Ambas cosas unidas atraerán sin duda a más de un visitante.

En lugar de extendernos más aquí os invitamos a visitar la página web de Noviales (el enlace está aquí abajo) y descubrir en ella todo lo que hay que saber sobre este pueblo (por cierto, entre sus contenidos encontraréis un interesantísimo extracto del Nomenclátor del Obispado de Sigüenza de 1886 describiendo varios pueblos de la comarca, entre ellos Rebollosa).

Más sobre Noviales

Tras pasar bajo el Arco, la mirada del visitante se desvía casi instintivamente hacia la derecha para contemplar la fachada de la casa-palacio de Contreras. Un poco más allá se abre la Plaza Mayor, auténtico corazón del pueblo y lugar de gran belleza, que ha ganado mucho con la prohibición de aparcar coches en ella.

Bajo los soportales que rodean la plaza se encuentran varios restaurantes en los que es posible disfrutar de una excelente comida. Cuando hace buen tiempo todos plantan terrazas en el exterior, ideales para tomarse un aperitivo y deleitarse con la vista. Antes o después de la parada, es muy recomendable darse un paseo por las calles que salen de la plaza, que también merecen la pena. De paso se puede aprovechar para hacer la compra, que aquí hay de todo.

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Esta preciosa villa se encuentra tan sólo a unos 45 minutos de Rebollosa, por lo que no hay excusa para no visitarla (bueno, aceptamos "no tengo coche" ;o)). Se llega a ella desde Montejo de Tiermes, por la carretera que lleva a San Esteban de Gormaz. Desde esta última localidad el camino al Burgo está perfectamente indicado.

Lo más destacado es la catedral gótica (con algo de románico), que en su día fue sede de la exposición Las Edades del Hombre, pero no es lo único que merece la pena ver. La plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento, la calle Mayor, cuyos soportales que conducen hasta la catedral pasando por el Palacio Episcopal, la muralla y la puerta de San Miguel, que se abre al río Ucero, el castillo de Osma... Es una visita que da para mucho. 

Para saber más sobre Burgo de Osma acude a su portal.

El Cañón del Río Lobos es un precioso paraje natural que se encuentra a poco más de una hora de Rebollosa. Desde el Burgo de Osma se toma la carretera que lleva a Ucero (a unos 15 km). Poco después de dejar atrás este pueblo nos encontramos con el Centro de Interpretación del Cañón, en el que además de recibir un plano e indicaciones sobre el acceso al parque y las posibles rutas a realizar, es posible visitar un interesante museo que se encuentra en la primera planta. Poco más adelante se accede a la zona de aparcamiento, y a partir de ahí hay que seguir a pie o en bicicleta. El cañón se extiende a lo largo de unos 25 kilómetros, entre Ucero y Hontoria del Pinar, aunque no hace falta recorrérselos todos ;o) El camino transita entre espectaculares paredes de roca y abundante arboleda, con varias fuentes y manantiales de agua fresquísima. La ruta más sencilla consiste en llegar hasta la Ermita de San Bartolomé, apenas a 2 km de la entrada del parque, y regresar desde allí, pero los más andarines pueden continuar hasta mucho más allá...

Tras el recorrido, se puede comer en un restaurante que hay en la misma entrada del parque, o bien en el pueblo de Ucero. Antes de volver a casa, se recomienda subir con el coche hasta el Mirador de la Galiana, desde el que puede contemplarse una vista impresionante, animada por los majestuosos vuelos de los buitres.

Podéis encontrar abundante información sobre este parque natural en Internet. Para buscar en Google pulsad aquí.

La Laguna Negra pilla un poco más lejos del pueblo, pero es un lugar tan bonito que merece la pena el paseo (una hora y media en coche). Se encuentra al norte de la provincia de Soria, junto al municipio de Vinuesa. El coche hay que dejarlo en un aparcamiento que hay a unos dos kilómetros más abajo, pero si a alguien le parece demasiado caminar (cuesta arriba) que no se preocupe: hay un autocar que hace el recorrido (subida y bajada) cada media hora. Desde el punto en el que se acaba la carretera (y da la vuelta el autocar) apenas quedan 300 metros para alcanzar nuestro objetivo. A la derecha hay una amplia pradera con fuente ideal para montarse un picnic (con cuidado de no sentarse encima de una "plasta" de vaca, que alguna hay ;o)). Un poco más allá nos encontramos con la espectacular laguna, un espejo de agua casi perfecto rodeado de rocas y árboles del que cuesta apartar la vista.

Si avanzamos hacia la izquierda nos encontramos con el comienzo de una ruta bien señalada que permite subir a la pared rocosa de enfrente y disfrutar de unas vistas realmente increíbles (para muestra la foto de la derecha). Esta senda, sin ser complicada, no es apta para niños pequeños o para personas muy mayores... ¡ni tampoco para quienes padezcan de vértigo! A todos los demás se la recomendamos.

Tras la visita a la Laguna no es mala idea darse una vuelta por Vinuesa, que es un pueblo bastante bonito, y a pocos kilómetros de allí, ya de camino al pueblo, se puede dar uno un chapuzón (en verano, claro) en Playa Pita, en el embalse de la Cuerda del Pozo. Éste es un lugar ideal para ir a pasar un día con los niños, y al que no le falta de nada (tiene hasta chiringuito y alquiler de barcas de pedales).